Un colchón financiero: por qué lo necesita y cómo crearlo

En tiempos de transformaciones económicas y políticas, tradicionalmente crecen la ansiedad general y el miedo al futuro. En tales condiciones, la gente empieza a gastar menos dinero y a ahorrar más.
Mucha gente está creando activamente un colchón de seguridad financiera. Le contamos qué herramientas pueden utilizarse para acumularlo y hasta qué punto debería ser suficiente.
Un colchón financiero: qué es y para qué sirve
Un colchón de seguridad financiera es una reserva financiera de una persona o familia, que se forma mediante deducciones periódicas de los ingresos.
Un colchón financiero es necesario para estar preparado ante una crisis, un despido, gastos imprevistos, reparaciones o grandes compras. Da confianza en el futuro y protege frente a situaciones imprevistas.
Por qué es importante tener una reserva financiera
Un colchón financiero le permite, ante todo, sentirse cómodo y confiado en tiempos de turbulencias económicas. Por ejemplo, si se produce un despido imprevisto, si tiene ahorros no tendrá que reducir considerablemente sus gastos habituales y ahorrar dinero activamente mientras busca un nuevo empleo.
Además, gracias a un colchón de seguridad financiera, podrás renovar tu piso sin pedir un préstamo ni pedir dinero prestado a familiares o amigos.
Crear un colchón de seguridad le ayudará a reducir las consecuencias negativas de acontecimientos relacionados con la pérdida del empleo o el deterioro de las condiciones económicas, o en caso de circunstancias que requieran un gasto adicional. Sin embargo, es mejor crear un colchón de seguridad cuando las condiciones económicas son tranquilas y se dispone de ingresos estables.
Puede parecer que el esfuerzo de crear un colchón de seguridad no tiene sentido, porque basta con pedir un préstamo.
Sin embargo, cuando las condiciones económicas se deterioran, las oportunidades de préstamo se reducen y, como resultado, el banco puede negarse a prestar u ofrecer un tipo de interés inasequible. En una situación así, el esfuerzo por crear un colchón de seguridad financiera compensa con creces.
En qué se diferencia colchón financiero de una inversión
Un colchón de seguridad financiera tiene como principal objetivo ahorrar dinero, apartándolo para emergencias. Sólo cuando la reserva está formada, se puede empezar a invertir.
Las inversiones son inversiones de dinero para su conservación y multiplicación. Es decir, es una forma no sólo de ahorrar dinero, sino también de obtener beneficios. Y es adecuado para quienes están dispuestos a asumir riesgos.
Cómo crear un colchón de seguridad financiera
Antes de crear un colchón financiero, tienes que analizar tus gastos. El objetivo de la reserva es cubrir los gastos obligatorios durante una emergencia. Por lo tanto, tienes que saber exactamente para qué necesitas dinero (pagos de suministros, préstamos y créditos, comida, mantenimiento del coche, etc.) y qué puedes rechazar. Para ello, debe:
Haga una lista de todos los productos, artículos, medicamentos y servicios esenciales.
Evalúa los costes de los pagos obligatorios, cierra los que requieran un reembolso único. Coloca el resto en un colchón de seguridad.
Una vez calculado el importe de los gastos y reducidos los gastos opcionales, decide cuánto dinero deducir de tu sueldo para la reserva. Es conveniente que no sea inferior al 10%. De este modo, podrá ir llevando gradualmente el colchón hasta el nivel requerido.
Empieza a invertir parte de tus ingresos (por ejemplo, un 10-15%) en distintos instrumentos. Puede ser un depósito o una cuenta de ahorro. Las inversiones deben ser sustanciales, pero sin afectar mucho a los gastos familiares.
Cuando haya suficiente dinero de nómina en nómina, conviene revisar los gastos de la familia para que haya un volumen de dinero libre: un 5-10%. Y reservarlos para tener un colchón financiero.
Los expertos consideran que el tamaño del colchón financiero debe ser de tres a seis gastos mensuales obligatorios (pago de piso, comida, medicinas, servicios de vivienda, amortización de préstamos). Estos fondos pueden dividirse en varias partes:
En depósitos – 2/3.
En bonos – 1/3.
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